2017-05-31

Análisis Transaccional I: Autoconocimiento y ámbito de aplicación.

Análisis transaccional de la personalidad y ecograma del lider situacional. 

Por Luis Miguel Manene. 

Actualidad Empresa.

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Análisis Transaccional I: Autoconocimiento y ámbito de aplicación

1.-ANÁLISIS TRANSACCIONAL.

Una “transacción” es la unidad de comunicación entre dos personas. El Análisis Transaccional es por tanto el estudio de las comunicaciones entre las personas.


El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas con una filosofía propia que, en la actualidad, se aplica para la psicoterapia, el crecimiento y el cambio personal u organizacional en numerosos campos.

El Dr. Eric Berne (1910-1970), médico psiquiatra, fue el fundador, principal creador e innovador del Análisis Transaccional. Elaboró su modelo a partir de sus observaciones en la psicoterapia de grupo a principios de los años 1950.

El Análisis Transaccional tiene por filosofía el que toda persona tiene un valor positivo como ser humano. La filosofía del Análisis Transaccional, basada en la filosofía humanista, parte de los siguientes tres principios:

  1. El primer principio de que “todos nacemos bien”. Después en nuestras relaciones con los demás tomamos decisiones autolimitadoras con las que nos convertimos en “sapos o ranas encantadas”. Pero básicamente soy una persona digna de confianza y respeto básico en mí mismo y en el otro.
  2. El segundo principio en que se basa el AT es que “todos tenemos un cierto potencial humano” determinado por los condicionamientos genéticos, circunstanciales de salud, y sociales de origen y procedencia, pero un cierto potencial humano, que podemos desarrollar. Las limitaciones externas al desarrollo de nuestro potencial humano, y sobre todo las limitaciones internas decididas tempranamente, producen la infelicidad, la auto-limitación de las habilidades personales para resolver problemas y enfrentarnos a la vida y en definitiva la patología. De modo que yo soy responsable de mi vida y decido lo que es bueno para mí.
  3. El tercer principio en que basa su filosofía el A.T. es que “todos podemos cambiar” y tenemos los recursos necesarios para hacerlo. Estos recursos pueden ser personales o relacionales e incluyen la posibilidad de tomar nuevas decisiones más autopotenciadoras.

El Análisis Transaccional es un modelo de la personalidad que permite:
  • Comprender como entramos en relación con los otros, lo que buscamos en nuestras relaciones y cuáles son nuestras raíces ocultas que nos hacen reaccionar de manera repetitiva.
  • Sentir y tomar conciencia de qué es lo que pasa en nosotros y por tanto de que necesitamos, deseamos y de cuáles son nuestras metas.
  • Actuar y tomar la iniciativa para poner en marcha los cambios personales, relacionales u organizacionales. Utilizar las vivencias y experiencias necesarias para alcanzar nuestro desarrollo y evolución.

Las experiencias vividas en la niñez y con el entorno familiar influyen en nuestra personalidad y conducta.

El recuerdo de episodios de nuestra vida puede producir pudor y vergüenza -“hice cosas que ahora no haría”-, provocar ira o tristeza -“aquellas experiencias me hicieron daño”-, o promover nostalgia y añoranza -“ah, esos años que ya no volverán”-. En ese ejercicio de memoria, se siente agradecimiento o rechazo, se evocan vivencias lejanas en el tiempo con gran detalle o, por el contrario, apenas se tienen recuerdos.

En cualquier caso, todas las teorías sobre la psicología humana están de acuerdo en admitir que, de una u otra manera, el pasado influye en nuestra personalidad y en nuestra conducta.

2.-LOS ESTADOS DEL YO.


Berne afirma que todos los seres humanos manifiestan tres estados del yo, definidos como “sistemas coherentes de pensamiento y sentimiento manifestados por los correspondientes patrones de conducta”.

Asegura que no se trata de ideas más o menos útiles ni de neologismos interesantes y fáciles de comprender, sino que esos tres estados se refieren a fenómenos basados en realidades verdaderas.

Son los componentes de la personalidad y pueden clasificarse en tres tipos llamados Adulto, Padre y Niño. Cada persona durante cada día puede ubicarse en un tipo u otro, variando su modo de sentir, pensar y actuar según el estado del yo en que se encuentre.

Gráficamente, Berne representa este modelo con tres círculos alineados verticalmente rodeados por una línea que los engloba, la cual suele omitirse para simplificar el diagrama, al igual que se utilizan las iniciales P, A y N.

Los tres estados del ‘yo’: Padre, Niño y Adulto son:

1.-El estado ‘Padre del yo’.


Derivado de los padres y madres que hemos tenido y de las personas mayores que han intervenido de manera directa en nuestra educación. La persona siente, piensa y actúa de modo similar a la versión que ha interiorizado de una figura relevante de su infancia. Es un compendio de las actitudes y el comportamiento incorporados de procedencia externa.

Sentimos, pensamos, actuamos y hablamos de una manera muy semejante a como lo hacían nuestros padres y madres cuando éramos niños, ya que ellos fueron modelos básicos en la formación de nuestra personalidad. Sus valores e ideas acerca de la vida, sus pautas de comportamiento, sus normas, reglas y leyes de convivencia, se van a ir grabando en el hijo o hija, e influyen de forma poderosa en la configuración futura de su personalidad.

Y todo eso sucede sin que la persona sea consciente de ello, por lo que se terminan reproduciendo pautas aprendidas en la infancia sin darse casi cuenta. Desde el nacimiento se recibe la influencia de Padre y la misma dura hasta los 5 años aunque también puede recibirse la influencia de la televisión y hermanos mayores. Se reciben reglas que se graban como verdaderas en la mente del Niño.

2.-El estado ‘Niño del yo’.


En él aparecen los impulsos naturales, las primeras experiencias que se nos grabaron en la infancia y cómo respondimos ante ellas. El modo de sentir, pensar y actuar es similar al de cómo lo hacía la persona en determinadas épocas de su infancia; la cual se caracteriza en general por la preferente intensidad y volubilidad emocional, pensamiento predominantemente centrado en lo inmediato y comportamiento tendente a ser impulsivo.

Esta fase empieza en el nacimiento hasta alcanzar la edad de los 5 años al igual que el Padre. Es la parte de nuestra persona que siente, piensa, actúa, habla y responde igual que lo hacíamos siendo niños. Tiene un tipo de pensamiento mágico e irracional, las relaciones las concibe como algo eminentemente emocional.Cuando una persona es presa de sus sentimientos decimos que su Niño domina la escena. También hay datos positivos como la creatividad y la curiosidad innata en el Niño.

3.-El estado ‘Adulto del yo’.


En él percibimos la realidad presente de forma objetiva, de forma organizada, calculamos las circunstancias y consecuencias de nuestros actos con la base de la experiencia y los conocimientos.

Acorde con las capacidades que se han ido desarrollando a lo largo de la vida, los conocimientos que ha ido adquiriendo y la experiencia que ha venido acumulando, la persona en su momento actual tiene un modo de sentir más estable, un modo de pensar que considera tanto lo específico e inmediato como el contexto general y las consecuencias y puede modular su comportamiento

Es la dimensión interior del individuo, que se caracteriza por el análisis racional de las situaciones, la formulación sensata de juicios y la puesta en marcha del propio sentido de la responsabilidad.

Este estado hace posible la supervivencia y, cuando está suficientemente desarrollado, debe analizar si en nuestra conducta hay exceso de influencias inconscientes e irracionales de nuestro padre o de nuestro niño.

Una de las funciones más importantes del Adulto consiste en examinar los datos del padre, averiguar si son o no ciertos y si conservan actualmente su validez, y aceptarlos o rechazarlos.

Por otro lado también debe someter a examen al Niño para comprobar si sus sentimientos son o no adecuados al presente o si son arcaicos y son una reacción ante los datos de un Padre arcaico.

El objetivo no consiste en prescindir del Padre o del Niño, sino en ser libre para examinar esos conjuntos de datos. Así el pequeño que descubra que la mayoría de los datos del padre son dignos de confianza, se sentirá más seguro y a través de su propio Adulto, llegará a experimentar un sentimiento de integridad.

Hay que tener en cuenta que aunque se verifiquen los datos del Padre, no se borran las grabaciones “malas” del niño, producidas por la imposición original de esos datos. Sin embargo el Adulto puede decidir no reproducirlas. El Adulto se ocupa en transformar los estímulos en elementos de información y de ordenar y archivar esta información basándose en la experiencia adquirida.

A través del Adulto el Niño puede empezar a distinguir entre la vida tal y como fue mostrada y enseñada (Padre), y la vida tal y como la sentía, imaginaba o deseaba (el Niño) y la vida tal como la ve por sí mismo (el Adulto)

En resumen, a cada tipo de estados del yo le corresponden unos modos genéricos de sentir, pensar y actuar y cada persona presentará unas características específicas de cada uno de ellos, así como una tendencia a ubicarse predominantemente en un tipo o en otro.

Así tenemos que:
  • el Padre o Pariente P considera el dominio de lo aprendido
  • el Adulto A trata del dominio de lo pensado
  • el Niño N abarca el dominio de lo sentido

A modo de conclusión habría que destacar que a menudo y más en situaciones de tensión, las fronteras entre Padre, Adulto y Niño son frágiles, a veces borrosas. El Adulto muchas veces se ve menoscabado hasta el extremo de que las emociones dirijan su vida o su Niño herido y se produzcan respuestas irracionales o no adultas, diríamos entonces que su Niño domina la escena.

A nivel funcional, el A.T. busca facilitar el análisis de las formas en que las personas interactúan entre sí, mediante transacciones psicológicas, con sus estados del yo Padre, Adulto y Niño, aprendiendo a utilizar el primero para dar cuidados, el segundo para individualizarnos y el tercero para buscar y recibir cuidados, tanto en nuestra interacción con los demás, como también en nosotros mismos, creciendo en el logro de una personalidad integradora.

A nivel profundo, busca facilitar el abandono del guión psicológico que decidimos en la infancia bajo la influencia de las figuras parentales y de autoridad, pero que fue necesario para sobrevivir y que podemos aún estar siguiendo de forma inconsciente.

Los problemas llegan cuando no somos capaces de mantener diferenciados estos tres estados en nuestras transacciones diarias a lo largo de la vida.

Como todos hemos sido niños, hemos tenido mayores que nos han influido y somos capaces de tener sentido de lo real, se puede decir que en nuestro interior dialogan los tres estados: padre, niño y adulto.

El diálogo entre los tres estados son procesos internos de la mente que están siempre activos. Sin embargo, a veces no somos conscientes de ello, incluso muchas personas nunca lo son.

No suele resultar complicado conocer, a través de su conducta y del tipo de respuestas que produce en cada situación, en qué estado del yo se encuentra cada sujeto. Si nos observamos con detenimiento, caeremos en la cuenta de que cuando tenemos personas que dependen de nosotros (hijos, educandos) actuamos con ellas de una forma muy parecida a como lo hicieron nuestros padres con nosotros.

O que cuando nos divertimos, nos mostramos emocionados o nos presentamos débiles y vulnerables con quienes nos pueden acoger de manera afectiva, lo estamos haciendo de una forma muy similar a cuando éramos niños. De la misma manera, cualquier persona, salvo casos de grave deterioro, es capaz de discernir la realidad con cierta claridad y dar respuestas sensatas y razonables.

En A.T. la unidad de comunicación se llama una TRANSACCIÓN que es la unidad de intercomunicación bilateral entre dos estados del yo.

Hay interacción social cuando alguien da una respuesta a quien previamente le ha estimulado. Berne denomina transacción al par estímulo-respuesta y «Una transacción consistente en un solo estímulo y una sola respuesta, verbal o no verbal, es la unidad de acción social. Es llamada transacción porque cada participante gana algo, y por eso es por lo que se involucra en ello.»

3.-CONOCERSE A SÍ MISMO.


Conocida esta realidad, uno mismo puede analizar cuándo se conduce como padre, adulto o niño en su vida, utilizando esta teoría del A.T. y sus transacciones para el propio desarrollo personal

Es un ejercicio de autoanálisis enriquecedor, para el que pueden valer las siguientes pautas.
  • Recuerde ejemplos en que usted haya puesto en juego a su padre interior a pesar de ser algo poco razonable. Por ejemplo: “en esta casa mando yo”. (Padre del yo)
  • Piense en qué cosas hace hoy y que le recuerdan a otras parecidas que hacía de niño, a pesar de ser inconveniente para usted. Por ejemplo: comer desordenadamente. (Niño del yo)
  • Recuerde alguna situación en que o bien tomó alguna decisión o supo controlar sus impulsos. (‘Adulto del yo’)

Contacte con la infancia. En todo el proceso de maduración se debe contactar con la niñez. La vuelta atrás no sirve sólo para hurgar de forma innecesaria en el pasado, sino para aceptar e integrar en nuestro ser actual los impactos e influencias positivas o negativas de nuestra infancia.

Sólo el conocimiento cada vez más lúcido y la aceptación de nuestras zonas “inconscientes” nos pondrá en el camino adecuado para lograr un desarrollo personal más equilibrado.

Cada ESTADO DEL YO es un sistema coherente de registro de pensamientos, de sentimientos y de sensaciones, unido a las diferentes etapas de desarrollo de una persona o de un grupo, que determina un sistema correspondiente de comportamientos observados.

  • El estudio de los registros hace referencia al ANALISIS ESTRUCTURAL: lo que es la persona. En cada instante una persona piensa, siente y actúa en uno u otro de sus estados del yo. A cada uno de ellos le corresponde un registro particular.
  • El estudio de los comportamientos corresponde al ANALISIS FUNCIONAL: las funciones que llenan nuestros estados del yo.
  • Veremos las TENDENCIAS en una persona a partir de una observación atenta y en su propia situación profesional

Por tanto, tendremos los siguientes comportamientos según sea el estado del yo a representar por la persona:
  • Pariente Normativo P N r: Autoritario. No acepta críticas. Rápido. Rígido. Legalista y normativo
  • Pariente Nutritivo P N f: Paternalista. Comprensivo y pedagogo. Responsable. Permisivo. Metódico. Rápido si conoce el tema a solucionar.
  • Adulto A con actitud adulta: Tecnócrata Situacional. Planifica. Evalúa las opciones. Indica objetivos y propone medios o recursos adecuados… Rápido o lento según convenga. Delega.
  • Niño Adaptado Sumiso N A S: Tratara de integrarse con sus subordinados. No decide
  • Niño Adaptado Rebelde N A R: Anti-conformista. Impulsivo. Saboteador.
  • Niño Creador N C: Impulsos desordenados. Creativo. Buen negociador.
  • Niño Espontáneo N E: Decisiones adecuadas. Sin método pero innovador

Seguidamente se incluye una representación en power point donde se expone el diagrama funcional relacionado con los estilos de dirección y la forma de representar los tres estados del yo.

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4.-ÁMBITOS DE APLICACIÓN DEL ANÁLISIS TRANSACCIONAL.


El Análisis Transaccional se utiliza principalmente en consultoría, desarrollo organizacional, cultura organizacional, trabajo en equipo, dirección de personas, comunicación, formación de dirigentes, potenciación de las dotes de liderazgo, etc.

El Análisis Transaccional puede aplicarse en diversas situaciones, a saber:
  • Psicoterapia: es el campo al que Eric Berne aplicó y desarrolló principalmente el AT y en el que han continuado muchos de sus seguidores. Suele ser individual, de pareja, de familia, en grupo
  • Pedagogía y Educación: psicólogos, pedagogos, psicopedagogos y profesores aplican el AT en su trabajo con alumnos de primaria y secundaria o universitarios para solucionar problemas de estudio y de relación; también, para gestionar equipos de profesores y de directores, promover proyectos creativos y resolver conflictos.
  • Empresa y Organizaciones: el AT ha mostrado su efectividad en la gestión de recursos humanos para formar en habilidades sociales y potenciar el trabajo en equipo. Para cualquier entidad (empresas, órganos administrativos, ONGs, instituciones), es eficaz en los procesos de negociación interna sobre distribución de competencias y condiciones laborales; al igual que en la negociación externa con clientes, proveedores, inversores y representantes de consumidores y ciudadanos.
  • Coaching: El coaching utiliza el AT para ayudar a las personas a desenvolverse ante los cambios de circunstancias, en la búsqueda empleo y en la promoción profesional.
  • Comunicación: a los asesores de imagen y responsables de comunicación corporativa el AT les aporta una herramienta teórica y técnica muy práctica para campañas de difusión o de respuesta en situaciones de crisis. Se aplica también en la actividad literaria, teatral, cinematográfica, televisiva y radiofónica. Así ocurre en la producción, en la elaboración de guiones (facilitando la creación de tramas, personajes, escenas y secuencias), en la dirección y en la interpretación. De igual modo, a los críticos artísticos les proporciona un marco que facilita el análisis y la interpretación

Luis Miguel Manene
Ene 13, 2014

Continúa en la segunda parte: Análisis Transaccional II: Liderazgo situacional y ecograma del líder

Luis Miguel Manene Cerrageria

en free lance independiente
manene
Sheffield College of Technology
Bilbao y alrededores, España
https://www.linkedin.com/in/luis-miguel-manene-cerrageria-592a711b/
https://twitter.com/Koldomann

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Fuente: Actualidad Empresa

Imagen: Inner dialogue


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